domingo, 6 de septiembre de 2009

El arte de vivir.

El arte de vivir.
¡Hola! Hoy vengo con un poco para compartirles respecto a dónde me ha llevado mi investigación.

Estamos viviendo una época de transiciones, donde todo se mueve demasiado rápido y las cosas más importantes pasan desapercibida por debajo de la gran marea de arquetipos e intereses. El gran y complejo mundo de los videojuegos nos e queda atrás. Los videojuegos, al igual que cualquier otro tipo de expresión artística (me atrevería a decir) busca a dirigirse a distintos tipos de públicos. Existe el público sensacionalista, aquél que busca sorprenderse sensorialmente (a través de los ojos, del tacto, del oído), éste público es al que se llega por medio de un estudio de mercado bien realizado, es una gran masa de personas, tal vez la más grande de todos los grupos, es fácil de impresionar con escenas explicitas, se fascina ante la acción y las escenas hollywoodenses, historias sencillas llenas de acción. Éste público le gusta actuar de juez, pues supone saber qué es lo “bueno” y lo “malo” basándose en las críticas de “expertos” y en la suma de dinero que un producto (videojuego) pueda generar. Desgraciadamente, también son un público frágil, voluble, se quiebra ante la presencia de algo que parezca aún más sensacional y explicito.

Existe otro tipo de público, uno reducido en número significativamente en comparativa con los sensacionalistas, éste público no podría sostener una empresa, es un público más selectivo. A éste se le llegan por medio de los sentidos psíquicos (sensaciones, fenomenología). Éste público que busca pistas de historias maravillosas implícitas en lo que elije jugar, no le valen mucho las críticas públicas o lo rentable de su producto. Este público transforma lo aparentemente ordinario en algo extraordinario y único.

La forma que tienen los videojuegos entre un tipo de público y otro es notable y obvia. Pues en el segundo, la experimenta puede volverse parte de su rutina, de su forma de ver la realidad y de su imaginación, mientras que en el otro, al paso del tiempo, la experiencia tiene poca importancia.

Claro que existen miles de tipos de público más, pero creo que éstos son dos extremos. Me antevería a decir que la mayoría de los que se autodenominan “gamers” pertenecen al primer grupo. Desgraciadamente son los que sostienen el negocio y provocan que nuevas empresas que buscan romper los arquetipos del típico videojuego no puedan competir en un mercado tan comercializado.
A nuestra generación nos toca decidir y dirigir el rumbo de este rubro, nos toca descubrir y crear, o nos toca enterrar y hacer del videojuego una empresa de cine comercial más.

Yo confío y creo en que aún existimos gente (tanto en las grandes empresas de videojuegos como en algunos jugadores) que cree en lo que hace, conoce lo que su trabajo significa y sabe que el VJ es una vía más para la comunicación y lo que se debe decir y las incontables formas de decirlo transforman un juego de video en una obra de arte.

Con esto, me introduzco a mi primer análisis, uno de mis juegos favoritos y criticado por muchos “gamers” que es la obra de arte del señor Akira Yamaoka y KONAMI, SILENT HILL 4.
Por favor, esten al pendientes, ya comencé a escirbirlo, espero no tardarme mucho en subir la primera parte. (:

SAM.L